El Senado recibió a directivos de Facebook y Twitter en un plenario de comisiones que debatió varios proyectos para penar la suplantación de identidad en las redes sociales, entre ellos uno presentado por Miguel Pichetto cuando granjas de trolls lo acusaban de cajonear la ley de extinción de dominio.

Los representantes de las compañías detallaron sus penalidades en caso de comprobarse perfiles falsos pero coincidieron en que no sancionarán a quienes ejerzan la "parodia" o la "sátira", porque es una forma de comunicación.

"Para Facebook la equidad es un principio contante. Lo más importante es proteger la información de las personas y por eso publicamos periódicamente un informe de transparencia", se presentó Juan de Dios Batiz García, director de políticas públicas para Latinoamérica de la empresa de Mark Zuckerberg.

"Suplantar la identidad no es tener el mismo nombre, sino representar a otra personas de manera engañosa", dijo un directivo de Twiiter. "Hay que regular, pero dejar innovar", exigió su par de Facebook. 

Aseguró que las cuentas falsas están prohibidas, como también "hablar por otra persona" y cuando identifican estas situaciones "remueven" los perfiles, al igual que ante cualquier "incentivo a la violencia" en los posteos.

Pero cuando llegaron las preguntas no pudo aportar precisiones de su actividad local. La radical Olga Brizuela y Doria le pidió describir el procedimiento para identificar cuentas truchas y Batiz García se jactó de su staff de 20 mil revisores de contenidos que lee perfiles noche y día para detectar excesos. Y aclaró que la página permite cuentas con nombres diferentes "como clubes de fans" o "sátiras", que parte de la "libertad de expresión".

La kirchnerista Anabel Fernández Sagasti quiso saber cuántos reportes anuales por suplantación de identidad hubo en el país pero no tuvo suerte: el ejecutivo citó algunas tareas conjuntas con la justicia y la policía federal y recordó que la legislación está en manos del Congreso.

"Facebook no se opone a la regulación, pero tiene que ser sensible para no inhibir a la innovación", exigió, ante una pregunta de Alfredo Luenzo, presidente de la Comisión de Comunicación, que estuvo a cargo del plenario junto a la de Justicia y Asuntos Penales.

Por Twitter asistió Hugo Rodríguez Nicolat, responsable de política pública de Latinoamérica y definió su red social como una plataforma que promueve un "debate abierto libre y democrático" donde "las personas comenten y critiquen el contenido".

"Es fundamental eliminar a los actores de mala fe, pero al mismo tiempo, el éxito de twitter depende de un marco legal que reconoce a los usuarios responsables de lo que publican", explicó.

Twitter es una de las redes predilectas de las campañas de trolls y los políticos son las víctimas principales. Rodríguez Nicolatz restringió los casos de suplantación de identidad a quienes logren "confundir o engañar una idea equivocada a otra persona", pero aclaró que pueden existir "parodias" o cuentas de "admiradores" que no deben ser penadas. 

"Para suplantar la identidad no es suficiente tener el mismo nombre, sino representar a otra personas de manera engañosa", explicó y dijo que no es necesario tener una cuenta en twitter "para recibir una violación de identidad". Pichetto, uno de los denunciantes seriales de los trolls, se abrió un perfil hace poco.

"El propósito de twitter es servir a la conversación pública. No podemos distinguir cuál es la verdad", planteó y citó declaraciones de la Comisión Internacionales de Derechos Humanos para sostener que "no puede ser un discurso punible la parodia y la sátira".

Luenzo le pidió más detalles de sanciones a los trolls pero no había mucho que agregar. "Los usuarios son los responsables de interacción. Por eso queremos que todos los usuarios conozcan las reglas. Sólo el 1% de los 335 millones las viola", se jactó.